jueves, 14 de septiembre de 2023

Tempus fugit

 

Ya llovió desde los Cacahüé, uno de los grupos más conocidos a nivel local de mi ciudad. Mira que soy de rock, pero esto se me queda muy suavito, muy Miguel Ríos pero en flojo. Pero bueno, era lo que había y llevaba el sello de Gandhi, buen amigo de mi hermano mayor pero al que no llegué a tragar mucho porque jamás comprendí que por haberse ido a Madrid le quedara ese acento de Vallecas para el resto de su vida y me sigue sin entrar en la cabeza el “ejque” pronunciado en Galicia y ese toque aflamencado que imprime a su rock. De todas maneras en los sitios pequeños, si te manejas en los círculos en los que yo jamás entraría (tampoco me dejarían), tienes la vida más fácil, y Gandhi lo supo hacer hasta tal punto que creó el cochambroso himno del Dépor (el Dépor es un equipo de extranjeros que juegan al furgol representando… bueno, representando la ilusión de unos miles de seguidores de extranjeros que se ponen una camiseta con un escudo en particular que resulta ser el del equipo de mi ciudad). Como no podía ser de otra manera (vale, yo creo que sí, que podría ser de muchísimas otras maneras) el himno rock del Dépor es de una calidad más que dudosa, con una letra realmente horrible y cantado por un tío con acento de Madrid. Pero bueno, la defensa de nuestra identidad siempre brilló por su ausencia. Demos gracias de que no sea un reguetón, aunque a este paso todo llegará.

Luego estaba Tato, que iba en mi clase en nocturno, pero que creo que nunca nos saludamos, él era un tío guapete con su melenita rubia y su carita de heavy americano y yo tenía una melena, sí, pero era negra, ondulada y mi careto con las pintas de aquellos años era más de barrio. Digamos que él podría pertenecer a Bon Jovi y yo a Obús o uno de éstos. Éramos de distintas zonas y él era el típico tío simpático que les mola a las tías e incluso a los tíos, y la verdad es que cuando se ponía a putear a los profesores nos partíamos el culo. Pero bueno, ni él era asiduo ni lo era yo, así que coincidimos poco en clase. No sé si me acabó de caer bien o mal porque el trato fue mínimo, pero me jodió que una leucemia se lo llevase poco después de este vídeo, era de estas personas con carisma de las que había tan pocas y que hoy en día no veo entre la juventud (que no digo que no haya, quizá lo que pasa es que no sacan la cara del móvil).

Falque era un tío de la hostia. Recuerdo que lo conocí cuando él tendría unos quince años y yo unos catorce. El tío llevaba el pelo liso y largo hasta el culo y usaba mallas pegadas. Estaba buenísima, porque yo pensaba que era una tía la primera vez que lo vi, porque además era guapo el cabrón (vale, no sé de belleza masculina, pero si se parecía a una tía guapa es que era guapo). Con aquellos quince años tocaba en un grupo heavy con una soltura y un desparpajo de la hostia y hacía unos punteos flipantes. Y además de eso, siempre me pareció un buen tío.

También Pedro, con el que coincidí muchas veces en bares de rock, mi ciudad estaba llena, hoy creo que no pasan de media docena. Un tío sanísimo, un buenazo que no pegaba con aquellos tiempos salvajes donde los chavales tenían inquietudes, energía y una rebeldía real que iba más allá de las palabras y que convierte lo que veo hoy en día en una antítesis total de lo que viví. Y desde luego, no lo cambio.




lunes, 11 de septiembre de 2023

Del buenismo de los cojones, de artistas hipócritas, de feministas sólo cuando toca y de su puto padre para que no se diga

 

Resulta que Youtube por vaya usted a saber qué visitas realizo, me recomendó esta tarde a Gila, y estuve viendo una actuación suya que a continuación os dejo.

Miguel Gila fue antifascista, rojo, socialista o comunista o bueno, de ese bando de las dos Españññias que cada día son más pronunciadas. Aún expresando sus ideas creo que Gila siempre fue aceptado y aplaudido por todo el mundo, era un tipo auténtico al que no le hacía falta reivindicar con cara de asco ni escupir a quien no pensara como él.

El caso es que Miguel Gila murió en el año 2001 endeudado y dejando a su familia sin un duro, porque el euro aún tardaría unos meses en llegar. Su familia necesitaba unos cuantos millones de pesetas para vivir y ponerse un poco al día con Hacienda (ese lugar que se dice que somos todos y el día a día nos demuestra que sólo lo somos los pringaos). Total, que se organizó un homenaje para recaudar fondos, José Luis Moreno habló (se supone que con su voz natural debido a las circunstancias) de que se podían recaudar hasta 25 millones. Al cabo de unos días, se entrevistó a la viuda de Gila, y dijo que sólo le habían llegado tres millones de pesetas (18.000 euros hoy en día) y que los artistas que participaron, entre ellos Víctor Manuel y Ana Belén, habían cobrado todos salvo dos, con lo que llegamos a la conclusión de que los artistas se homenajearon a sí mismos. Asquito.

Y claro, choca tanto buenismo de pastel, a ver, a mí no me choca, he vivido en mis propias carnes las bondades de humo de los salvadores del mundo. Pero nunca se me han ido esas ganas de vomitar por su peste.

Por eso, escuchar a Gila en este fragmento que os cuelgo, bromeando sobre una “criada” bruta a la que trata como carne, como ignorante, como imbécil y luego a su tía Rosario como una solterona que persigue a los hombres, gorda que se desparrama, salida, a la que quieren violar y se deja por necesidad y otras lindezas, para mí no deja de ser el humor de otros tiempos, con otro contexto, otra manera de vivir y distintos códigos. De hecho, la mayor parte de las risas provienen de mujeres.




Para otros, sin embargo, habría que ejecutarlo… ¿Para todos? Y ahí es donde me pierdo, porque estoy seguro de que si le preguntan a los humoristas que lo homenajearon hace muy poquito tiempo

 

Los guays





… la mayoría de ellos se declararán feministas

 

Y sin embargo, con rascar un poquito, apenas nada, ya se ve toda la caca que hay debajo. Los ideales se transforman en dinero, en olvido selectivo y en excusas, porque cualquiera que les diga algo es la ultraderecha.

Pero…

Gila también era esto:



Y por decir, esta banda de cómicos, la mayoría de la misma cuerda, hipócritas que estúpidamente se recortan su propia libertad, pueden decir misa, pero al final estos vídeos se corresponden con actuaciones reales, sin manipular y al alcance de cualquiera, más aún de alguien que tiene que estudiar al personaje para hacerle un homenaje.

 


viernes, 1 de septiembre de 2023

Año 2075, sur de Europa. Península Ibérica.

 

—¿A dónde vamos, papá?

—Al médico, hoy te cortan los labios.

—No duele, ¿no?

—No te dolerá, tranquila, podemos permitirnos anestesia. Ponte bien el hijab, nos miran.

—Dice mamá que cuando los abuelos eran jóvenes las mujeres podíamos ir con la cabeza descubierta.

—Tendré que hablar con mamá, y tú no comentes nada de eso CON NADIE.

—Pero cuéntame un poco lo que sepas, ¿cómo eran las mujeres?

—Las mujeres llegaron a tener los mismos derechos que los hombres

—¿Es eso cierto?

—Sí, incluso llegaron a ser favorecidas con algo que se llamaba discriminación positiva, aunque ellas siempre lo negaron. No todas, claro, sólo las nuevas feministas a las que se fueron sumando antiguas feministas. Otras antiguas feministas siguieron pensando por su cuenta, pero fueron perdiendo poder. De esta manera se le dio la vuelta a la tortilla.

—No entiendo, papá, pero entonces ¿por qué ahora me van a cortar los labios, tengo que ir tapada y dejaré la escuela dentro de poco? Sé que es una pregunta poco apropiada para mi edad, pero al fin y al cabo esto no deja de ser la reflexión de un facha inventándose personajes increíbles.

—A los hombres blancos, que en aquella época éramos un 95%, aunque ahora seamos sólo el 30%, nos desnaturalizaron. Empezaron hablándonos de sensibilidad, lágrimas, lo humano y masculino que es llorar. Continuaron con las cremitas para el culo, las depilaciones, las operaciones de estética. Mientras, insultaban a los que habían sido hombres hasta entonces: machirulos, cavernícolas, asesinos, maltratadores. A los hombres les empezó a estar prohibido mirar a las mujeres, dirigirse a ellas con un tono distinto al que era socialmente adecuado, ver hasta dónde podían llegar sabiendo que la naturaleza podía seguir su curso o acabar en un corte o incluso una bofetada, así era el juego hasta entonces: el hombre tanteando y la mujer decidiendo, el mismo que practicaba la naturaleza en el resto de seres que poblaban la Tierra. A los hombres que se pasaban con el tanteo, abusaban o violaban, los encerraban y en las cárceles los apalizaban. Pero de pronto pretendieron encerrar en la cárcel por un piquito y se empezaron a multiplicar las denuncias falsas y…

—Sigo sin entender qué hago con esto puesto y treinta y cinco grados. Perdona mi pedantería, así me habéis educado.

—El tema es que, a la vez que a los hombres de aquí nos desnaturalizaban, estaban entrando en el país hombres muy distintos a nosotros. Imagínate, te lo diré en el idioma de entonces: a nosotros y a nosotras. Ah, y a nosotres.

—¿¿¿…???

—Entiendo tus seis interrogantes. Te explico a mi manera, así, manipulándote, no como hacía el gobierno con sus solidaridades y tolerancias, sino más como si me importases. Resulta que empezaron a llegar de África los hambrientos, porque la sequía, la sed y el hambre los había empujado a nuestras costas. Otra cosa es que midieran dos por dos y tuvieran todos los músculos marcados, habían programado a la gente para decir que estaban hambrientos y listo. También llegaban de otros sitios, con antecedentes o sin ellos porque en sus países no existían esas cosas.

—Te estás desviando.

—El caso es que no se podía generalizar, estaba prohibido, y a los hombres blancos desnaturalizados de entonces no les dejaban expresarse otros hombres como ellos y otras mujeres como las nuevas feministas. Algunos, sin embargo, lo hacían y les llamaban fachas, fascistas, los insultaban y los condenaban al ostracismo. Resumiendo: al desnaturalizar a los hombres nativos de este sitio, este sitio se fue quedando sin hombres. A su vez, las mujeres de este sitio querían hombres, pero sólo los encontraban en los de fuera. De hecho, la música propia se había sustituido por otra muy machista con la que meneaban sus cuerpos las feministas.

—Todo lo que me cuentas suena raro.

—Buf, y que lo digas. Pero no acaba aquí. La medida o categoría de un territorio se demuestra por sus iconos culturales, y los iconos de aquel momento, todos aquellos que se decían contracorriente, estaban a favor de corriente. Ellos marcaban de qué se podía hablar, creer y realizar. De esta manera, los humoristas…

—¿Qué es eso, papá?

—Eran señores que intentaban hacer reír al resto.

—¡Qué mundo más raro!

—Sí, pues como te decía, los humoristas también iban a favor de corriente, y empezaron a dejar de expresarse libremente. No se podían hacer gracias con casi nada, así que fueron cayendo en su propia trampa hasta llegar a estos días en los que el divertimento es enterrar, lapidar y colgar de grúas.

—Joder, papá, cómo manipulas.

—Sí, eso decían los canales de televisión sufragados por los dirigentes que terminaron con nuestra sociedad. Ellos también ocultaban cualquier dato que fuese en contra de los que hoy te van a cortar los labios.

—¿Y tú?, ¿no puedes hacer nada por mí?

—Hija mía, ya no hay a dónde escapar.

 



Pobres y dulces traviesillos

 



martes, 22 de agosto de 2023

Flemático

 

Hace un rato me ha ocurrido una cosa que hacía tiempo que no me ocurría, vamos, que era más habitual cuando era fumador que ahora y sin embargo el cuerpo ha vuelto a hacer de las suyas como para recordarme que soy más fluido de lo que en principio pensaba.

El tema es que salí de tomar un café y por alguna razón involuntaria mi garganta carraspeó y alzó en un medio de trasporte natural una flema que, tras darse de bruces con mi campanilla, se quedó depositada sobre mi lengua. Entre nosotros: no sé si tal sensación hace que mi expresión se modifique o la vuestra cuando me leéis y os solidarizáis conmigo porque os ha pasado de vez en cuando o mucho más a menudo que a mí.

Hace años, cuando era un poco guarro, me tragaba (sin saborear) esas flemas si venía alguien y no me daba tiempo a escupirlas. Si me preguntáis a qué sabían os diré que supongo que a tabaco, pero no me fijaba mucho en el sabor sino más bien en la textura, pues notaba cómo iba resbalando garganta abajo hasta depositarse en algún órgano, tejido o depuradora.

Hoy, al salir de la cafetería donde todos me miran raro me pasó eso mismo que os estoy contando pero la flema venía como más compacta, como con más fuerza pero sin el como, porque esta vez decidí que no me la tragaría por si me producía arcadas, es decir, espacios entre dos columnas o muros de un puente. O algo así. De esta manera, cuando vi acercarse a un matrimonio de clientes míos pensé:

“Si me trago el pollo me daré asco”, por cuya razón me inventé un bostezo en el cual la mano en vez de tapar arrastraba y nadie nunca supo el qué.

También pensé:

“Joder, cómo me molaría que me tocase la primitiva”, y "tengo que eliminar los tacos de mi pensamiento, me cago en la hostia puta".

Cuando llegué a la altura de mis clientes, ambos me sonrieron, eso es extraño porque aquí en Galicia la gente está de muy mala hostia, pero claro, ellos son venezolanos. El hombre me ofreció la mano, pero no le iba a hacer la putada de dársela con el pollo todavía aleteando, así que con un movimiento rápido le di una palmada en el hombro a modo de saludo y de paso me limpié la mano, mostrándome a mí mismo mi enorme astucia. El matrimonio continuó hacia su delante y yo hacia el mío que era más interesante, al menos para mí, porque tenía el culito precioso.

Y bueno, hoy se me ha ocurrido está graciosísima anécdota, dejaré para otro día los frenazos de mis gayumbos, los dibujos a carboncillo y otras anécdotas propias de la naturaleza del cerdo.




Sabed, queridos no amigos, que buscando una foto para esta entrada se me empezó a revolver el estómago y pensando en vosotros he decidido ilustrar esta entrada con otro animal tan apetecible como el pollo. No es la primera vez que recibo quejas y ya sabéis que para mí lo sois todo. Os quiero. 

Os amo.




jueves, 17 de agosto de 2023

Verdades inmutables IX

 No le demos más vueltas: Si me das largas es porque no quieres cortas.



Y para que la cosa no quede así de corta, os dejo también una canción de un grupo fulanos de aquí que con la excusa del cambio climático se han hecho un Amaral.




viernes, 4 de agosto de 2023

Verdades inmutables VIII

 Sí hay dos sin tres, lo que no hay es tres sin dos.








Ésta es de esas entradas que tanta gente tiene para justificar un blog.


viernes, 28 de julio de 2023

Mis contradicciones. Todos las tenemos. Sí, tú también.

Y es que probablemente ésta sea una de las peores intepretaciones del Cascanueces de Tchaikovsky que he escuchado en mi vida.


Y sin embargo... no puedo parar de escucharla. O verla o...


no sé...