miércoles, 15 de marzo de 2023

Mi amigo catalán

 

Mi amigo catalán no es del Español, sino del Espanyol, pero es que él es catalán de apellidos y habla en catalán y supongo que escribe en catalán. No es del Espanyol porque le guste el fútbol. Ni siquiera porque le guste el Espanyol, sino que lo es por no ser como la mayoría que ha ensuciado todo con la política y el fútbol. Está también hasta los huevos de la política y del fútbol y de que sobre todo el segundo condicione la vida de sus paisanos.

Mi amigo catalán es catalán, acude a las calçotadas, cena en masías, tiene un acento cerrado y una mirada limpia. Y tenemos tantos puntos en común que es el único tío al que puedo llamar amigo. También es cierto que lo hago porque nos vemos como mucho una vez al año y no nos cansamos de ello. Y no paramos de charlar de todo, cosa que hoy en día me resulta verdaderamente difícil con el resto de las personas, sobre todo de sexo masculino (si es que todavía existen los sexos que ya hace unas leyes que me he perdido).

Mi amigo catalán tenía la intención de poner en su casa una bandera española en los tiempos jodidos, no porque se sienta español, que creo que un poco sí (ahí sí que nos diferenciamos, aunque es una cuestión de sentimientos y yo sólo me siento gallego vale que tampoco me importa mucho que desde fuera se me considere otras cosas, es lógico). Curiosamente fui yo el que le insistió en que no se metiera en líos. Él me dijo que quería poner la bandera española sólo por romper con lo establecido, porque quiere ser libre y se lo impiden. Y lo veo lícito. Pero en un lugar donde impera la dictadura cobarde más que en otros, donde se camina sobrepasando tan solo un poquito el límite de la ley para poderse defender de manera sibilina, en un lugar donde reina una ambigüedad exponencial, puede ser peligroso mostrarse tan de cara. Pueden aparecer unas pintadas en su casa, pueden amenazar a sus hijas y tiene muchas posibilidades de que nadie lo defienda, lo cual es todavía mucho peor, porque lo deja desprotegido salvo que se tome la justicia por su mano, en cuyo caso se metería en un lío más gordo. Además, no tiene ese punto de rabia que tenemos otros y que es necesario para, llegado el momento, estallar. O quizá lo tenga más allá de mis conocimientos. Pero no, él es un buen tipo. Es hasta educado.

Mi amigo catalán flipa cuando viene a mi tierra, se fija en todo, es como si cambiase de planeta. Yo no sé si exagera pero, por ejemplo, si yo dejo pasar a una persona mayor o tengo un mínimo de educación con alguien, me dice que si eso mismo lo hiciera en Barcelona me llamarían facha o me mirarían mal. Yo eso no lo sé, o igual está un poco sacado de contexto, pero resulta curioso de una persona tan extremadamente educada como él y como otras personas que he tenido la suerte de conocer de Cataluña. Es como si les hubieran hurtado su sitio en el mundo.

Mi amigo catalán vivía en Barcelona. Ahora dice que sólo baja allí un par de veces al año si tiene alguna gestión profesional. Se ha ido a vivir a uno de los pueblos “bien” de los alrededores de la capital, una ciudad pequeña donde vive la gente “bien”. Quiere educar a sus hijas en un lugar seguro. Yo no podría vivir sin el mar, pero él dice que en Barcelona no se puede ir tranquilo a la playa ni pasear tranquilo. Hasta lleva los seguros del coche puestos por si le vienen a robar mientras espera en un semáforo. De todas maneras no tiene problema con el mar, tiene una casita en la Costa Brava justo encima del agua.

Mi amigo catalán es de allí en esencia, pero no sabe a qué agarrarse porque ve todo en su tierra como una trampa. Y yo, que voy de vez en cuando por allí, estoy de acuerdo con él. Y él lo sabe, y yo lo sé, y seguimos siendo amigos, porque él es ante todo mi amigo y el resto es una característica, no una etiqueta de calidad, que es lo que nos quieren hacer creer.




4 comentarios:

  1. No sé si existe algún lugar en que podamos ser libres, libres de tantas etiquetas que nos inventamos (o nos inventan) para diferenciarnos de los otros, para poner el foco en lo que nos distancia en lugar de en lo que nos une. ¡Y cómo cambian las cosas cuando sólo nos relacionamos entre personas!

    Bicos

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  2. ¡Qué sorpresa verte aparecer por aquí! ; )
    Me cuesta mucho entender el asunto de los nacionalismos, lo respeto, pero no lo siento. Por ejemplo, yo soy del Bierzo y me siento berciana de corazón, pero no necesito sacar la bandera, es más, me siento Berciana y poco o nada leonesa, en fin. Lo malo de los nacionalismos es cuando se vuelven asfixiantes y excluyentes. Cada uno debería ser libre de expresar lo que necesite, sin molestar la de al lado y respetando, claro!. El problema de las banderas en este país es que la de España, se la han apropiado injustamente los fachas, así que si la sacas, ya sabes a lo que te expones, no te digo nada en Cataluña, pero sí, naturalmente que es lícito. Ahora bien, eso de que en Cataluña no son educados, habrá de todo, como en todas partes, desde luego las veces que he estado, bastantes, porque meencanta, eso no lo he notado y aquí en Galicia por ejemplo jajaja más de una vez, pero es que la he probado bastante más ; ) Una pena que alguien no se sienta cómodo en su tierra. Fíjate, casualmente desde que he vuelto a los blogs siempre me muevo entre catalanes y me encuentro de maravilla, en mi anterior etapa, no sé por qué la mayoría era extremeños y tb genial… no debería ser un inconveniente para relacionarte de donde es uno o deja de ser...

    Un beso SBM

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    1. Hola, María, un placer tenerte por aquí sobre todo porque tú y yo siempre “hablamos” en paralelo. Creo que no toco el tema de los nacionalismos; en cualquier caso, al final en un sentimiento de pertenencia cada uno marca sus fronteras, las mías son Galicia y las tuyas son El Bierzo. Personalmente no soy de banderas ni de símbolos y considero que quien más los saca es quien más necesita reivindicar. Vuelvo a lo de siempre, yo me identifico con mi mar, la música de aquí, las costumbres, las comidas y los montes. Y vuelvo a lo de siempre: por eso me jode que destrocen mi mar, mi monte y esté todo lleno de verbenas de ritmos caribeños. Y por eso mi amigo catalán y yo nos entendemos, pero esto sería mucho más largo de explicar.

      A mí con los fachas me pasa como con los pijos, que no sé qué es, salvo una manera de etiquetar a alguien un tanto abstrusa. A grandes rasgos sé a qué le llamáis fachas y pijos. Si alguien lleva una bandera de España es facha, pero si la lleva del País Vasco (derecha democristiana del PNV) o de Cataluña (derecha democristiana de CIU y siglas posteriores, salvo si llevan la estrellita) entonces es guachi.

      El fondo de la cuestión es que mi amigo quiere ser libre y no le dejan. Y es fácil decir: “pues oye, que use su libertad”, y ahí es donde radica el problema, que el hecho de usarla le puede generar complicaciones jodidas que condicionen su vida y la de su familia.

      Tienes razón, es posible que mi amigo me mienta y sean muy educados. Repito que yo no tengo queja de la gente que me he encontrado, ni siquiera del tópico de que les preguntas en español y te responden en catalán para joderte. O quizá lo que pasa es que mi amigo vive allí y le pasa como a ti que vives en mi tierra y que los gallegos te parecemos más maleducados que los catalanes. Creo que él no estaría de acuerdo contigo ni tú con él. De todas maneras, creo que todos estamos de acuerdo en la obviedad de que hay de todo en todas partes, pero yo no entro en esas sentencias que son más propias de otros blogs.

      Por último decirte que para mí sí sería un enorme inconveniente relacionarme con sentinelenses, y es que yo sí que pienso, aunque no esté de moda, que no todos somos iguales. Es que ni de coña. Por eso valoro a las personas como tales. Y la que peor me cae es gallega, pero de momento no tiene el problema de poner o dejar de poner una bandera de cualquier color en su casa.

      Un beso, María, gracias por el empujón, ahora funciono a golpes y tú sabes cómo (iba a decir excitarme, pero sonaría mal), he decidido chincharte un poco pero con cariño, como en los viejos tiempos. Otro beso y gracias por comentar.

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    2. Jajaja ¡Oye! pues es verdad que vamos a empezar a enzarzarnos como siempre jajaja ¡no tienes remedio! jajaja A ver, no tocas los nacionalismos directamente pero dejas bien claro el problema que tiene tu amigo catalán en Cataluña por querer colocar la bandera de España y sí, ahí estoy contigo, por eso dije que injustamente se la apropian los fachas, que para mi hoy, en este país, son la gente que sigue a VOX (a lo mejor estoy equivocada pero yo los identifico con los que siguen a ese partido, los de pura cepa, porque algunos se suman por descarte. En los demás partidos existirán, pero no los identifico tan fácil ; )…pijos es más complicado de identificar hoy en día, además, puedes serlo por fuera y no por dentro ; ) Y nooo, para naada he dicho que los gallegos sean peor educados que los catalanes, ni se me ocurre suponer que tu amigo mienta…no, lo que he intentado decir es que mi experiencia allí y aquí en los blogs con ellos es y ha sido siempre perfecta. Igual que mi concepto del gallego también es bueno, de hecho me parecéis la gente más hospitalaria del mundo, me rechifla esta tierra y como a ti el mar…tb me costaría muchísimo vivir lejos de él, otra cosa es que al vivir aquí veo más de todo… bueno, malo y regular. Exactamente igual que te ocurre a ti, aun siendo gallego ; ) Tienes problema en relacionarte con los… ¿ sentinelenses? ¿ indios? ( he tenido que mirarlo que no sabía que era) ¿ qué te han hecho? ; ) yo no tengo ningún problema en relacionarme con nadie, sea de donde sea y como sea, otra cosa es que tenga más o menos afinidad con la persona, por cómo es y piensa, no de donde sea. Naturalmente que no somos todos iguales, afortunadamente ; )

      Te doy un empujón encantada pero no me chinches, que me pongo a moquear y te inundo el blog jajaja Otro beso! ; )

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